Apóstol del Amor Misericordioso

APÓSTOL ESCONDIDO
DEL AMOR MISERICORDIOSO

¿Cuál es la misión que recibió? ¿El sacerdocio por el que había luchado desde muy niño? El Padre celestial tenía otra misión para su pequeño hijo: ser el apóstol escondido del Amor Misericordioso y la fuerza vital de los apóstoles misioneros del reino de Amor de su Hijo Jesús.

Fortalecido por la gracia divina, como en otro tiempo le había sucedido a su hermana Santa Teresita, Van hace su acto de ofrenda total al Amor Misericordioso, ofreciéndose día a día con Jesús al Padre con su oración y su trabajo, con sus alegrías y sufrimientos, hasta la consumación de su amor, en el campo de “reeducación” comunista número 2 del Vietnam del Norte, donde agotado y extenuado rinde su alma a Dios el 10 de julio de 1959, para entrar en el deseado reino del cielo que Jesús le había prometido.

UNA HISTORIA QUE NO DEBIÓ HABER SALIDO JAMÁS DEL OLVIDO

La existencia de este joven debía haber sido sepultada para siempre en el olvido. El hecho de que su historia haya salido del olvido, nos hace plantearnos muchas preguntas:

¿Por qué de los casi cuatro millones de muertos que provocó el comunismo en Vietnam, sin contar desplazados y desaparecidos, ha llegado hasta nosotros la historia de este joven religioso que vivió una vida completamente oculta y cuyo secreto estuvo escondido hasta después de su muerte, incluso para sus hermanos religiosos que convivieron con él?

¿Por qué el cielo ha querido sacar del anonimato en que vivió a este joven religioso?

¿Por qué ha querido dárnoslo a conocer precisamente en este tiempo, heredero de las heridas de la vida y de los sufrimientos históricos de las generaciones que nos precedieron, sin luz para atinar con el camino que debemos seguir, con nuestras propias contradicciones, divisiones y rupturas internas, familiares, sociales y políticas, cuya expresión internacional se manifiesta también en las profundas tensiones y conflictos entre los pueblos y entre las zonas de influencia de las grandes potencias?

¿Por qué ha querido rescatarlo precisamente en esta hora de incertidumbre y de confusión, de profundas tensiones y divisiones, de luchas y conflictos, de gravísimos problemas sociales a nivel nacional e internacional, y de temor a un futuro cada vez más incierto?

¿Por qué nos lo descubre ahora, a nosotros, hombres y mujeres tentados de posicionarnos frente a los otros o contra los otros para evitar el daño que puedan hacernos, replegándonos sobre nosotros mismos y nuestras seguridades, ante esa multitud de problemas personales, familiares y sociales para los que no encontramos el camino de su resolución y superación, y con tantos desafíos en el mundo, consecuencia del falso orden mundial que hemos creado y de los males que por falta de luz y de un mal uso de nuestra libertad no hemos sabido o querido evitar?

LA VICTORIA DEL AMOR

Van nos ha dejado su amor hecho camino de felicidad en medio de las pruebas y sufrimientos de la vida, y el cielo nos ha dejado a través del amor de Van, de sus coloquios con él y de todos sus escritos, el camino a la paz y a la felicidad en esta tierra y así a la santidad y al cielo.

UN AMIGO DE DIOS QUE NOS ESPERA

Nos espera para que lo descubramos y para que acojamos la misión que para nuestro bien el cielo le ha confiado.

Y QUE NOS INVITA A TRABAJAR CON EL
POR LA VENIDA DEL REINO DEL AMOR

Nos invita a unirnos a él en la misión que el cielo le ha confiado de continuar y prolongar en nuestro tiempo la misión de su hermana Santa Teresita, y a ayudarle, dándole a conocer, para que pueda realizar esta misión entre nosotros.

Desde el cielo nos invita a trabajar junto a él, junto a Santa Teresita y a todos los santos, con María y con Jesús, como apóstoles del Amor Misericordioso, para preparar así al mundo al prometido y esperado Reino de Amor de Jesús.Ahora nos toca a nosotros la aventura de escucharle, descubrir su secreto y de unirnos, si aún no formamos parte de ellos,  al número de los apóstoles del Amor Misericordioso en el mundo.


Para profundizar:  

Van, hermanito espiritual de Teresa, Padre Pierre Descouvemont y Monseñor Guy Gaucher, Amis de Van Éditions.

Un novicio en la escuela del Amor, Padre Olivier de Roulhac, O.S.B, Amis de Van Éditions.