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Francia y Vietnam
vinculadas por la Divina Providencia
Jesús, desde el principio de sus Coloquios con Van, le pide a que rece mucho por Francia, vinculada por la Divina Providencia a Vietnam, oración que Van extiende también a su querida nación.
Cada día después de la comunión eucarística y de cada comunión espiritual Van rezará esta oración por Francia y por el Vietnam:
«“Oh, Jesús, rey de amor, dígnate unir firmemente a Francia y al Vietnam por medio del lazo de una caridad que dure siempre. Oh, amor de Jesús, haz que llegue tu reino a Francia y a este modesto país de Vietnam”» (Col. 93).
Jesús le dará una intención para cada día. El lunes su oración particular será por Francia y por el Vietnam (cfr. Col. 103).
Un día, la Virgen pregunta a Van que ha hecho ese día para consolarla. Aprovechando su respuesta le pide a la Virgen que tenga compasión de su Vietnam y de Francia, también de los comunistas vietnamitas:
«Oh Madre, te quiero mucho, mucho. Te amo, además, con todo el amor con el que te aman el pequeño Jesús y mi hermana Teresita. Para consolarte, sólo sé decir: “Oh Madre, te quiero mucho”; solamente eso.
Ah, te ruego, Madre, que tengas compasión de mi país, el Vietnam, y también de Francia. Te suplico, sobre todo, que tengas piedad de los comunistas vietnamitas; son muy malos, Madre. No tienen ningún amor a Jesús y además, tampoco te reconocen como su Madre. Oh Madre, sé también su Madre, para conducirlos a nuestro Padre del cielo. Aprovecho también la ocasión para ofrecerte a los apóstoles del Amor de Jesús y a tus propios apóstoles. Dígnate tomar a tus hijos bajo tu protección, para mayor bien de la Santa Iglesia» (Col. 431).
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Misión de Francia:
proteger su Amor en el Vietnam
Quejándose Van a Jesús de que sólo le pide que rece por Francia y no por su país, Jesús le contesta que rece por Francia, a quien ha dado la misión de proteger su Amor en el Vietnam, pues rezando por Francia reza también por su patria:
«Pero hermanito, pedirte que reces por Francia es pedirte que reces también por tu país, ya que considero a los franceses como si fueran vietnamitas, que tienen como misión proteger mi Amor en este país del Vietnam. Sin embargo, hermanito, no hay que temer que los franceses gobiernen tu país como antes; si fuera así el gobierno de Francia en Vietnam no sería estable. Mi única intención es que los franceses vengan aquí para proteger mi Amor. Así es como rezando por Francia rezas de la misma manera por Vietnam» (Col. 510).
Van, preocupado por los nacionalistas a ultranza paganos y comunistas que llaman a revelarse contra Francia pensando que eso es patriotismo, se dirige a la Virgen para que libre a su patria de los engaños con que el demonio:
«Dígnate tener piedad del Vietnam que presenta actualmente este desolador espectáculo. Oh María, Madre mía, amo mucho a mi patria, voy a poner todos mis esfuerzos en intentar fabricar numerosas armas seguras y duraderas para arrancarla de la esclavitud del infierno. Quiero hablar de la oración, que no causa daños a nadie y que puede vencer todos los obstáculos…» (Col. 733).
También recibe a menudo la indicación de que rece por los sacerdotes de Francia y del Vietnam (cfr. Col. 757).
Van reza a menudo para que su patria descubra la verdad, sea arrancada del yugo comunista y sostenida por la Virgen:
«“Oh Madre, haz que el Vietnam, mi patria, no conozca ni ame más que la verdad: arráncala del yugo comunista, y sostenla como sostienes a Francia, tu reino”» (Col. 757).
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Que Vietnam y Francia sean un sólo corazón
Van pide a Jesús que los franceses y los vietnamitas formen un sólo corazón para que reine entre ellos la paz que nace del amor:
««Oh Jesús, haz entender a todos los franceses y a todos los vietnamitas que deben formar un solo corazón, para que los dos países puedan gozar juntos de una paz verdadera, basada en tu amor”» (Col. 762).
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Orar para librar a Francia y al Vietnam
del yugo comunista
En su misma oración le pide a la Virgen que libre a Francia y al Vietnam del yugo comunista:
«»Oh Madre, arranca a Francia y al Vietnam del yugo comunista, que es el yugo aplastante del infierno. Haz entender claramente a todos que las palabras de los comunistas son un peligroso veneno, que no dejan de vomitar, para hacer perder a la gente la verdadera paz y la confianza mutua… Oh María, apiádate de la suerte de nuestros dos países. Amén”» (Col. 762).
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El 11 de enero de 1947 escribe a su director espiritual comunicándole el modo de rezar ese mes por el Vietnam y por Francia, que ha recibido de Teresita:
«»Oh Jesús, haz que el Vietnam y Francia puedan gozar juntos de la paz, bajo el yugo suave de tu Amor”.
“¡Oh María!, que nuestros dos países puedan llevar juntos ese yugo hasta la eternidad. Amén. ¡Oh María!, quiera el cielo que sea así. Dígnate recordarlo”. Nada más» (Col. 765).
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«Que el Vietnam y Francia puedan gozar juntos de la paz,
bajo el yugo suave de tu Amor«
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Para profundizar:
Las misiones de Van, Padre Olivier de Roulhac, O.S.B, Amis de Van Éditions.
El misterio del sufrimiento en Van, Padre Olivier de Roulhac, O.S.B., Amis de Van Éditions.
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