Oración por Francia

No es accidental que la expansión del Reino del Amor de Jesús parta de Lisieux. Jesús, en efecto, tiene unas palabras muy fuertes respecto a Francia, que debieron de resultar muy poco agradables a Van, que tenía una pésima opinión de este país. En numerosas ocasiones Jesús habla de Francia diciendo: «el país que amo particularmente», y pide a Van que ore ardientemente por ese país, para que su amor no se apague en él, y Francia cumpla con su misión de expandir el reino del Amor de Jesús por toda la tierra.

«Oh hermanito, verdaderamente debes de orar mucho por Francia, sobre todo para que los franceses estén siempre preparados para expandir el Reino de mi Amor por todo el Universo. Pero lo primero que hay que hacer es que el Reino de mi Amor se establezca en lo más íntimo del corazón de los franceses» (Col. 501).

Van apóstol de Francia

Teresita es la primera que le pide que rece por Francia

Ante el ataque de ira con que Van reacciona a la petición de Teresita de que rece por los franceses, ella le muestra «una táctica capaz de matar miles y miles de franceses sin que sea necesario levantar el estandarte de la rebelión, que exigiría numerosos soldados y una gran cantidad de munición«. Se trata de la táctica de la oración. Teresita le explica:

«La táctica de la oración es la que puede matar el mayor número de franceses. Y para alcanzarlo basta con repetir a menudo una corta oración como ésta: «Oh Jesús, ahuyenta al hombre pecador del corazón de los franceses. Te lo suplico, ven en auxilio de Vietnam, mi patria querida, que se doblega bajo el yugo de la dominación de estos hombres pecadores». Hermanito, entiende bien esto: una vez que el hombre pecador haya sido expulsado del corazón de los franceses por la gracia divina, ya no estarán llenos de astucia como ahora, sino que amarán al pueblo vietnamita como a ellos mismos. Para conseguir esto, hermanito, hace falta mucha oración y sacrificio» (Aut. 617).

Francia: nación amada particularmente por Jesús

Jesús revela a Van el amor que tiene por Francia, país que ha hecho germinar la primera de sus pequeñas flores, Teresita:

«Pequeña flor de mi amor, no olvides el país que más quiero, ¿me oyes?, el país que ha producido la primera de las pequeñas flores y que ha hecho nacer muchas otras desde entonces. Esta pequeña flor quiere y mima las otras florecitas, y ella es la que he escogido para que sea, oh mi pequeña flor, tu hermana mayor. ¿Sabes ahora quien es esa flor? Aquí no quiero llamarte más que pequeña flor. Oh mi flor, mira esta flor y entiende bien esto: Francia ha sido el primer lugar en donde mi amor se ha manifestado» (Col. 75).

Teresita: «la primera de mis pequeñas flores«

Razón de las desdichas de Francia:
su infidelidad

«¡Ay!, hijo mío, mientras el río de mi amor se derramaba sobre Francia y el universo, Francia sacrílegamente lo ha cambiado por el amor del mundo, de modo que va disminuyendo poco a poco… Esta es la razón por la que Francia es desdichada» (Col. 76).

Francia, instrumento para la irradiación del reino de su amor en el mundo

«Pero, hijo mío, Francia sigue siendo el país que amo y que cuido particularmente… Restableceré en ella mi amor…. El castigo que le he enviado ha terminado. Para empezar a derramar sobre ella mi amor no espero más que una cosa: que me hagan llegar bastantes oraciones. Entonces, niño mío, mi amor se expandirá desde Francia hacia el mundo. Utilizaré a Francia para expandir por todas partes el reino de mi amor (ya he manifestado estas cosas a una o dos almas, pero tú, mi pequeño, aún lo ignorabas; esta es la razón por la que te lo digo ahora)» (Col. 76).

«Restableceré en ella mi amor»
«Utilizaré a Francia
para extender por todas partes el reino de mi amor»

Condición:
mucha oración por Francia

«Pero para que llegue eso, son necesarias muchas oraciones, pues aún son muchos los que no quieren tener celo por mi causa… Reza sobre todo por los sacerdotes franceses, porque será a través de ellos como consolidaré en este país el “Reino de mi Amor”… Oh niño mío, reza mucho. Sin la oración, encontrará numerosos obstáculos difíciles de sobrellevar y el reino de mi amor no se establecerá sino con mucha dificultad. Hijo mío, quiero mucho a Francia; y esto, únicamente, porque antaño, por su culpa, casi muere ahogado mi amor, debido a los humos que subían del infierno. Por eso, tuve que recurrir, por misericordia, a un castigo temporal, para disipar el humo infernal y permitir a mi amor respirar más a gusto» (Col. 76).

«Hijo mío, una vez liberado en Francia el reino de mi amor, me serviré de este país para extender ese reino a todo el universo… Mira, hijo mío, Francia es un país al que amo y quiero particularmente. Al contemplar la flor, tu hermana mayor, acuérdate de orar para que el país que quiero y amo particularmente tenga el valor de sacrificarse por “el reino de mi amor”. Para tu país, el Vietnam, Francia es actualmente su enemiga, pero en el futuro conseguirá que sea un país que me dará un glorioso testimonio. Reza, niño mío, sí, reza para que Francia sea siempre fiel al amor que le he manifestado en esta tierra» (Col. 77).

Unión entre Van y Teresita,
símbolo de la unión entre Vietnam y Francia

«Quiero que la unión que existe entre las dos pequeñas flores [Santa Teresita y Van] sea el símbolo de la unión que quiero ver reinar entre Francia y Vietnam. Hijo mío, recuerda que, con Francia, tu país, el Vietnam, conseguirá consolidar el Reino de mi Amor. No olvides rezar para que los dos países no sean más que uno, como lo son las dos flores de Francia y de Vietnam, íntimamente unidas en mi amor» (Col. 108).

Dos naciones, una misma vocación

Misterio de una vocación con dos pulmones. Las relaciones franco-vietnamitas vienen de antiguo. La primera evangelización del Vietnam fue hecha por Francia, y esta acción misionera fue la ocasión para la creación de las Misiones Extranjeras de París. Hoy todavía hay muchos lazos entre el Vietnam, «Hijo mayor de la Iglesia en Asia», y Francia, «Hija mayor de la Iglesia». Al leer lo que nos dice Van, estos dos países tienen la misión de trabajar en la segunda evangelización de Europa y en la evangelización de Asia, por el establecimiento del Reino del Amor de Jesús.

Oración por Francia

«Señor Jesús, ten compasión de Francia,
dígnate abrazarla en tu Amor y muéstrala toda tu ternura.

Haz que, llena de amor por ti,
contribuya a hacerte amar por todas las naciones de la tierra.

¡Oh, Amor de Jesús!
Nos comprometemos a serte fieles hasta el final,
y a trabajar ardientemente
por expandir tu reino por todo el Universo.

Amén»

(Col. 110).